
Pero hablando de cronopios y de famas, leyendo la definición que tú aportas me ha venido inmediatamente a la magín Pérez Reverte y su fino artículo. No quiero ponerme a su altura y ponerme aquí a blasfemar como debiera y quisiera. Voy a ser más fina. Definición de un fama: amigo del poder y de la señora seriedad, viven molestando, burlándose y rompiéndole el alma a los cronopios que buscan ocupaciones raras, felices, basadas en lo extraordinario. En tanto sedientos de lo fantástico, los cronopios vienen a ser vulnerados, en términos de su ensoñación objetiva, léase libertad, por las costumbres viejas y arrugadas de unos famas que temen caerse de espaldas o que etiquetan los recuerdos y los cuelgan de las paredes de la sala.
Creo que se ajusta a la perfeción a un artículo tan rancio y arrugado.
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