
Y eso mismo le pasa con el amor, donde se refugia en la fácil postura de un amor platónico, un apasionamiento desapasionado, un místico sin éxtasis, no sé si está perplejo o simplemente fuera de juego, justificando su falta de implicación con su propia vida –social, económica, etc.- y con la de los demás a cuentas de un amor que le amordaza –o quizás amorcilla-, temiendo siempre defraudar a los demás, sabiendo de antemano que no va a poder hacer otra cosa.
Muchos de sus conciudadanos, contertulios, convivientes le tacharon, en vida, de misántropo –palabra circular con la que siempre acabamos topándonos-, o de monje. Yo creo que al final sí escribió una novela de monje.
Está considerado en Francia como un gran escritor, -ya sabemos cómo son los franceses-. Yo ha echado de menos a, por ejemplo, a Clarín, o si vamos al caso, a Maupassant, que me sorprendió, con sus relatos y sus cuentos con su rotunda prosa. He dicho. Él, para mí es demasiado aséptico.
1 comentario:
Según algunos crÍticos, esta novela de FLAUBERT ES "el origen de toda la novela contemporánea; una auténtica Biblia del naturalismo".
Yo redundo en que hemos tenido mala sombra en la traducción y un poco de falta de disciplina clubera, yo la primera que aún no lo he acabado, pero bueno todo son opiniones y todas pueden ser diferentes hoy, iguales mañana... c'est la vie, c'est le club
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