martes, 23 de marzo de 2010

Si me quéreis : ¡ESCUCHARME!


Homenaje a Lola,
Y, sí, esto es un homenaje a Lola porque hoy, leyendo uno de los cuentos de la Carson, se me ha venido a la memoria la noche, llamémosla del biombo, cuando desde el fondo sur de su corazón, la misma Lola, nos increpó: “¡Me cagu’en dena! Pero, un momento, Aixó, ¿qué vol dir? ¿es que no aneu a dir res dels relatos?, ¿Ja está, ja s’acabat? ¿Ningú no té res a dir, perque no podeu negarme que tot el que conta ahí es com la vida misma? ¿Qué no vos a pasat un moment, no habeu vivit un instant de tot el que diu? Xé, pos ara si que estem bé, au! ¡M’en vaig a fer un cigarret, que açó no pot ser! S’haurá vist cosa igual …”
Y es que nuestra Lola es concreta, concisa y desde luego de carta cabal, no se suele explayar con sus impresiones, pero transmite como una sabiduría intuitiva, que en dos sensaciones, sin más adjetivos, te sitúa una emoción. En un vist i no vist, que diría ella te plantea el grueso del dilema de un libro. Y esto viene al hilo de que, esta tarde, leyendo el relato de Carson McCullers, Madame Zilensky y el rey de Finlandia, he pensado en cuánta razón tenía… Me explico, o lo intento: El cuento, por si no lo recordáis ahora, trata de una profesora de piano, Madame Zilensky, una mentirosa compulsiva, que igual cuenta haber visto al rey de la república de Finlandia en una pastelería, que haber concebido sus hijos en amores delirantes y frenéticos con un francés, ó con un polaco que tocaba el flautín, como nos cuenta su safari en Africa, como... no sé cuántas cosas (vidas) más. Cuando la profesora de música es descubierta por su jefe, éste va directo a ella, sin dudarlo, convencido de su rectitud, a desenmascararla, a descubrirse conocedor de
sus quimeras, pero en el transcurso de la conversación flaquea, algo se le mueve en su no-razón y ya nada es del todo cierto, nada es del todo mentira, hasta el perro de los vecinos comienza a correr hacia atrás...
Yo, alguna de vosotras también, conocí una vez a un mentiroso compulsivo, alguien que te encajaba la mayor de las trolas entre pecho y espalda sin mover una pestaña y así una y otra y otra; No es que fuéramos unas ingenuas o incautas, sino que lo que hacía más creíble todo es que él no conseguía ninguna ventaja por ello y por esto nos resultaba del todo inverosímil que estuviera mintiendo otra vez, ¿para qué?, y así nos tragábamos una, otra y otra patraña. Nunca entendí el porqué de aquello salvo que sería algún desarreglo patológico, aunque no peligroso.
Al leer este cuento y recordar las palabras de Lola, que nos decía que todo lo que contaban a ella le había pasado aunque fuera un momento, pensé es verdad.
¿Quién como Madame Zilensky no se miente un poco, un poquito, cada día sólo para seguir viviendo? Yo sí, cuando huyendo de la rutina invento ilusiones, cuando lo que debería ser sólo una sonrisa lo estrujo para que sea carcajada, cuando pienso qué bien con aquello que al final acepto porque no puedo cambiar y así unas cuantas mentiras cada día. No llego a la compulsividad, no llego a la patología, no engaño a nadie, sólo cambio un trozo de ingenuidad por un guiño a la realidad, una mentirijillas a cambio de darle color a la vida y es que en “un mundo irreparablemente divido entre los que creen en el orden establecido por un metrónomo y los que prefieren tener fe en las más verdaderas de las mentiras” : yo perdí el metrónomo.

8 comentarios:

Mdelaté dijo...

En la reunión anterior a la del biombo, precisamente estuvimos comentando este cuento, creo que incluso más que los demás, cada una recordó su mentiroso compulsivo particular y el que tu insinuas se nos pasó (creo que se quien es, y las que nos tenemos que acordar somos McCorroe y yo). Espero que nada más que por el cargo que tiene se le haya pasado la patología, porqué yo creo que lo único que quería conseguir con aquellas trolas era notoriedad y ahora en cierta medida ya la tiene.
Una cosa es disfrazar un poquito la realidad y engañarte para ir tirando y otra cosa es otra cosa y yo creo que a estas alturas cada vez lo hago menos.

The cat dijo...

¿Qué cargo tiene el mentado? (¿pero está comprobado?)
Pues ya me sabe mal no haber estdo en esa reunión conde comentastéis el relato porque la verdad es que lo lees, lo crees superficial y luego va densificándose y toma cuerpo. Creo que la Carson es realmente una autora magnífica.

Respecto lo de mentirse a estas alturas, pues no sé si quizás más o menos que antes, no sé si lo justo ó lo necesario, al final lo que nos dé la gana que para eso tenemos una edad, para decidir cuánto y cuándo mirar, sin abusar, para otro lado.

Hoy reunión....

tronky dijo...

Acabo de leer el segundo relato de la Carson y si el del ojo me encantó, este del café triste me parece sublime y precioso, me parece extraordinario como trata la escritora a todos los personajes, llenándolos de matices irónicos y de ternura, según el caso.Creo que estamos ante una obra maestra por excelencia difícil de olvidar. Esta noche hablamos.

McCorroe dijo...

Me sumo, en todo, a tu homenaje a Lalola; me sorprende el maravilloso calidoscopio que es, el blog con sus variopintas y múltiples temáticas de biombos con compromisos, de Lalola sabia, de La Lola faraona, pero lo más me sorprende, me maravilla, me corroe es la capacidad que teneis algunas de hacer vivas unas historias hace tiempo muertas, la capacidad de vivirlas y sicronizarlas, ensalblarlas con la vida misma de vuestras/nuestras, de mentirosos compulsivos y de parientes retratadso y rememorados.

McCorroe dijo...

Tenemos que ver la película.

McCorroe dijo...

La película en cuestión (creo que Carmen la tiene): El reflejo en el ojo dorado
Director: John Huston. Intérpretes: Marlon Brandon y Elizabeth Taylor.
La acción transcurre en un fuerte militar situado en Georgia. Junto al cuartel viven los altos mandos entre los que están el comandante Penderton y su esposa Leonor. El matrimonio no se lleva bien, y la mujer engaña a su marido con el coronel Langdon. Mientras, el comandante intenta superar la situación impartiendo clases en la academia.

Críticas
"Impresionante realización, técnicamente perfecta y con una interpretación de Marlon Brando de inusitada fuerza e interés, para muchos la mejor obra de John Huston. Guión de Francis Ford Coppola" (Luis Martínez: Diario El País)

"Imprescindible" (Fernando Morales: Diario El País)

Llamadmeita dijo...

Mi querida The cat:
Despues de leer tu carta atentamente,
no me deja indiferente tu lucha diaria por ser un poco más feliz, cosa que me alegra, querida no basta con estrujar sino licuar, y cuando se acepta casi siempre es un paso atras, pinta tu vida con brocha(por cierto el" TITANLUX" va bien), usa el metrónomo para medir la musica que dia a dia te da la vida, el tiempo no importa.Las mentirijillas, si es preciso tomese una cada 3 horas. Pero lo más importante es que seas FELIZ.
Se despide tu buena amiga
Elenalolallamdmeita.

Mdelaté dijo...

Llamadmeita, deberías prodigarte más y no dosificarte tanto privandonos de tu filosofia.