jueves, 26 de noviembre de 2009

¡Contra el día de la violencia de género y contra la falsificación de los géneros!


Ayer fue el día contra la violencia de género. ¡Bien! Muchas conciencias tranquilizadas gracias a ello; un poquito de bla-bla, unos spots, unas películas, unos debatitos, etc. etc. y luego..¿qué?
Es en el día a día donde se debe educar, es en todos y cada uno de los modelos de mujer que nos venden (la sociedad, los medios de comunicación) donde realmente debe ir implícito el mensaje hacia una igualdad que hará respetar y comprender, frente al recurso "fácil" del uso de la violencia. Y es que es hoy en día, cuando parece que la mujer es más dueña de sí, cuando los estereotipos más retrógrados vestidos de modernidad circulan a todo tren, campando a su anchas en los cerebros de muchos hombres de neurona fácil y en muchos adolescentes de cerebro en formación y es que no se puede vender como real esa mujer más sexuada que nunca contra su propia esencia de mujer, no nos pueden vender como libertad el ser satisfactoras de los deseos de los demás, no podemos aceptar como ideales de mujer lo que va en contra de nosotras mismas, porque creo que no queremos ser ni las flacas que circulan por las pasarelas, ni las exhuberantes tetudas de corporaciòn dermoestética, ni las fulanillas del tres al cuarto que se pelean en un plató por cualquier cachillas, ni la famosa vendedora de exclusivas, mujer sin escrúpulos, que trafica con su cuerpo y con su alma para conseguir fama y dinero, ni las gatitas rumorosas de las series de quiceañeros, ni somos las mujeres eternas interesadas que elegirán únicamente al hombre que tenga mejor moto, no, no somos esas; ni tampoco somos eternamente jóvenes, aunque a partir de cierta edad desaparecemos del mapa mediático hasta cuando se trata de anunciar cremas antiarrugas, porque sólo estamos presentes entonces para anuncios antipérdidas, anuncios de Corega y de alguna que otra pomada antitumorcillosrectales, porque ni siendo periodistas tendríamos derecho a una cámara, a ser vistas a partir de cierta edad, porque lo que priman de nosotras es la juventud, la imagen, la imagen que guste a los otros. Después de esta desvalorización continua de la mujer mostrada como objeto y medio, ¿de qué nos extraña la violencia? ¿Qué puede pensar un gañancito al que le venden la imagen de la mujer bella, sumisa, dulce, siempre dispuesta a sus deseos, cuando llega a casa y no encuentra esa muñequita sino a una persona? Pues simplemente que lo han timado, y eso, a él, no; a él no se la pega nadie y si ésta se ha creído que a mí se me va a poner chula, tres ostias y a la calle, a ver quién manda aquí!!

... Y ella, que sabe que no cumple los “requisitos” que cumplen los modelos que sutil y abiertamente le enseñan, ¿Qué puede pensar de ella? Pues que su Pepe, su Juan, su Manolo o su Machitocualquiera, tiene razón y es que, no valgo pa’ná, hoy no, que es el día de la violencia de género, pero mañana, mañana ya hablaremos.

9 comentarios:

Mdelaté dijo...

Yo creo, a parte de todo lo que tu dices que tambien lo creo, que a muchos hombres lo que realmente les jode es darse cuenta de que hay muchisimas mujeres que valen más que ellos, que son más inteligentes, que tienen puestos mejores y más remunerados (aunque sean los menos)y que les damos cuarenta vueltas, y si, he dicho "les damos", y creo que muchas veces vuelcan su frustración de no ser realmente lo que se esperaría de ellos "gallitos, machitos", en la mujer que tienen al lado, ya que no pueden matar directamente a la imbécilquesehabrácreidoella que se encuentran en los hospitales,-médicos, enfermeras-, en los juzgados, en los colegios de sus hijas/os, en hacienda o en cualquier sitio en donde las mujeres ejercen su poder sobre ellos.
Por otra parte creo que tenemos nuestro sitio en la sociedad y que afortunadamente hay hombres que nos reconocen lo que somos, y que afortunadamente también nos encontramos con ellos y somos las nomaltratadas, aunque mientras haya una sóla mujer a la que se ningunee, se la matrate y se le asesine, yo me sentiré parte de ellas.

McCorroe dijo...

Me parece muy interesante el debate que se abre: hombre matratador frente a honbre respetuoso. Hay hombres en el día a día que apoyan el papel de la mujer, activos en la lucha frente a las grandes actitudes machistas de sus congéneres, frente a cualquier tipo de "gran maltrato". Pero esos mismos hombres, activos, no son conscientes de sus pequeñas machadas, que ellos mismos propician/ejercen, no se dan cuenta del acto pequeño "encima que te ayudo...", "después que he..." y esto, tan solo y por ejemplo, en la cocina.
Pero sobre lo que me parece más necesario hacer un ejercicio de reflexión es ante nuestro papel de mujer/machista, transmitiendo a nuestros hijos los papeles aún bien definidos hombre/mujer en nuestras casas, creo que sin darnos cuenta, separamos papeles y roles que determirán su concepto de modelo/futuro de vida.
Y digo esto pensando en las mujeres de países donde se practica la circuncisión, por ejemplo, esas mujeres emigrantes que viven ya en España, Francia y otros países europeos que cogen un día el coche, en un rito impúdico para precticarles la ablación, o las que si estánsus hijas embarazadas fuera del matrimonio propiciarán cualquier acto atroz, cualquier unión desigual y obligada, o las mujeres que -parece ser- cuando hay una lapidación son las primeras en acudir al toque "que no se mueva nadie, aquí tenemos que sufrir todas y por igual".
Tenemos que ser conscientes que tenemos en nuestras manos, como educadoras, el primer papel feminista.

McCorroe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
McCorroe dijo...

No sé qué le pasa a mi máquina que no me deja editar, y voy, y me asomo y veo que hay dos comentarios míos, y repetidos, que las cosas, si repetidas, dos veces cosas...
En fin, que a lo que iba, que al hilo de los anteriores -repetidos-, vengo de la cocina, de mi imperio, pensando que cómo le explico yo a mi marido que recoger la cocina no significa exparcir aleatoriamente las cosas, que se cocina siguiendo unos cánones de ensuciamiento de cacharros, que los bancos forman parte de ella.
¿Y mis hijas? Que su padre por lo menos lo intenta, se acerca, que el día, que por lo que sea, deciden que hay que hacer colada, que no, que es mía, que los colores se separan.
En fin que muy a mi pesar, que tienen una orden a alejamiento de 20 metros alrededor de mi cocina, de mi colada. Creo que soy un de tantas machitas/machistas. He dicho.

McCorroe dijo...

Nada, nada, que ya me deja.

The cat dijo...

De todo lo dicho por aquí creo que sale, uniendo cada una de las opiniones, la sinopsis de las causas de la violencia, causas, muchas que serían, podrían ser tratables, modificadas, desde la sociedad y desde cada una de nosotras; ocurre que hay que tenerlo siempre presente, algo a recordar, ya que en cualquier momento se nos olvidan, tan sutil y fuertemente están agarradas a la cultura que hemos mascado, tantos mantras indeseables.

Mdelaté dijo...

Me viene al pelo, vengo del banco, una cola de una hora, no iban los ordenadores seguramente debido a una apagón que ha habido esta mañana por mi zona. Cabreos por parte de la clientela, comentario machista nº1, "Mira la niña, con la gente que hay y ella nada más que paseando, que va a gastar esas botitas que lleva".
Comentario machista nº2, "Eso digo yo, con el paro que hay que fácil se ganan el sueldo estas niñatas", este último comentario por parte de una señora que por cierto, se le veía muy culta.
¿Que debería de haber hecho?, porque me miraban a mí para hacerme cómplice. A parte de las niñatas, habian niñatos y señores de mediana edad, ellos tienen bula.

The cat dijo...

Es verdad; en cuántas ocasiones pasa algo así y lo que no llama la atención, que ya debería poner el grito en el cielo, es sobre todo eso: que no llame la atención, que ni el más pintao, o la más pintada, detecte lo que debería hacerle poner el grito en el cielo y es que está tan sutilmente arraigado que todo eso es "normal", no somos conscientes de ello y así ... :o
¿Cómo luchar contra algo que ni siquiera se detecta?

The cat dijo...

El primer corto animado de Tim Burton - kewego