lunes, 28 de diciembre de 2009

La rezagada,



No puedo evitaros el trago de compartir mi experiencia con Murakami. Lo siento, no lo puedo evitar, necesito transmitiros, contaros, desahogarme y es que me faltó el feed-back de vuestras sensaciones con el libro, para compensar este mal sabor de boca que me ha dejado. Y es que ha sido como un gran fuego fatuo, de mucho rebomborio de luz y un vacío total. Grandilocuencia en el aire, que me ha hecho pensar si este Murakami no será, acaso, producto del marketing japonés: cogemos un autor que parezca un poco generación perdida (por lo desarraigado), que tenga esbozos de reinvindicador anticapitalista, que toque el sexo (aunque sea de cualquier manera) sin los aparentes puritanismos japoneses, que haga continuos alardes de conocimientos musicales (aunque no vengan a cuento), sobre todo del jazz, la música más representativa del mejor mercado: EEUU, etc., etc., etc. y, así, todo este combinado, ahora que se lleva el sushi, lo lanzamos al mercado.... $$$$
En fin, para mí, (me gustaría saber vuestras opiniones) un libro desagradable, porque infla velas que luego olvida, quedándose todo en puro bluff; grandes frases sin belleza y sin profundidad, que te enredan, pero que luego te escupen al vacío absoluto sin haber desatado los nudos previos. Al final, incluso, me asalta la duda de si el tal Hijune, no es más que un esquizofrénico que oye voces, que Shimamoto e Izumi son los fantasmas que le acompaña en su paranoia, en sus culpas no desveladas. : ( No sé, no tengo ni idea.
Sólo he encontrado un libro cojo, sin muletas con las que tirarle un tiento, una chifladura siberiana, como dice en su título, deprimente.

4 comentarios:

Mdelaté dijo...

Si, es todo eso que dices,un interruptus detrás del otro con una manera muy facilona de desenlazar, más que facilona con un descaro impresionante, lo suelta y se queda tan ancho. De todas formas deberiamos de concederle una segunda oportunidad ya que estamos, porqué sería un putada en caso de que valiera la pena, quedarnos con este mal sabor de boca.

Thelma dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo en la exposición que has hecho del libro. Y yo también usaría el mismo término que Mdelaté: DESCARO.
Desde luego el tío debía tener un contrato firmado y una inspiración nula para escribir esto.
En fin, le damos una segunda oportunidad....

Mdelaté dijo...

He recapacitado un poco después de meterle un meneo anoche de 50 páginas a Tokio blues. Creo que emitir una opinión sobre Murakami deberíamos de dejarlo en cuarentena de momento porqué me parece un poco injusto valorarlo por Al sur de la frontera al oeste del sol que evidentemente es una tomadura de pelo. Es como valorar a Faulkner por Santuario, salvando las distancias. Ya hablaremos.

Mdelaté dijo...

Estoy intermitente lo reconozco, pero aquí estoy otra vez.
Al hilo de lo que decía Tronky en su artículo, de que estas novelas podían desarrollarse en cualquier ciudad del mundo occidental , pienso que eso es lo que el pretende disfrazando la cotidianeidad diciendo que comen hamburguesas, que celebran la Navidad, o cantando canciones folk américanas, pero su idiosincrásia emerge continuamente por mucho que él pretenda zambullirla y se le escapan sus "japonadas", valga la invención del palabro.

Más cosas habrá que organizar la lógistica para mañana, ¿no?