domingo, 30 de diciembre de 2007

Cuánto tiempo sin ladrillo


Las uvas de la ira, Steinbeck

He acabado el libro de un trago, a grandes sorbos, como últimamente leo los grandes libros. Y nunca mejor dicho ya que acaba con el diluvio -casi- universal. Que el autor ni siquiera les/nos concede que por lo menos acaben secos, por el amor de Dios, o que por lo menos les hubiera funcionado la zanja, por favor, o que hubiéramos conocido el niño, por lo menos el sexo, pero ¡qué va!

¿Qué me sugiere este libro? Aparte de pensar que un libro de esta dimensión es un regalo a la humanidad, no suficientemente alabado, no quiero decir alabado, mejor apreciado y preciado. Se admiran las obras pintóricas, se admiran las catedrales –aquí hay un chiste encerrado-, se admiran las pirámides, las ciudades, se les dan clasificaciones y honores que a un libro, por impresionante que sea, no se le da. Sí, el Nobel, pero no se traduce en algo de valor para la humanidad, no se promociona. Incluso, (estoy ahora hablando de memoria) –aquí hay otro chiste- creo que las naves que se envían al espacio llevan música, una botella de refresco, unas semillas, pero no sé si hay algo de literatura, ¿es posible que la Bilblia?, ¿alguna constitución? No sé.
Segunda reflexión. Ya hemos hablado repetidas veces del papel de Madre, nexo de unión de la novela. De la prudencia y aquiesencia de Padre. De la capacidad de liderazgo de Tom (esta vez he acertado con el nombre, creo), etc. Pero Steinbeck ha escrito un libro con una historia. La historia de un éxodo, de los éxodos, de todos los éxodos. ¿Qué me ha aportado el libro? Que los muertos de las pateras, las prostitutas de las grandes ciudades, los sirvientes de mesas de terrazas tienen madre. Y suena a risa. Pero es verdad, tienen una madre, un nombre, unos pies con estrías, dolres, teléfono para llamar a su país, una casa... Y lo que nosotros vemos como bultos flotando en el mar, tantas veces repetido, su madre, posiblemente antes de partir le dio un beso, sus bendiciones, y hubo una despedida. Y un pueblo, durante un momento quedó en silencio. O besos de madres a sus hijos, padres a sus esposas... Y dejan, posiblemente silencio y un papel que alguien leyó en Europa hay trabajo. ¿Esto que he escrito es racista o clasista? No quisiera, ahora escribiendo no es lo que estoy sintiendo.
Y quiero hablar de la película Las uvas de la ira, de Jonh Ford, de 1940, porque no sé por qué me ha parecido más fascinante incluso que la novela. Dirgida en plena Guerra Mundial, la segunda, cuando se gastaban auténticas barbaridades en películas patrioteras y panfletarias Ford tiene la idea y la valentía de meterse en un proyecto antiamericano. Ya son narices. Y en una industria que no perdona infidelidades y que pronto se desatará la caza de brujas. Imagino que Steinbeck debió de colaborar en el guión más que nada por la fidelidad de los diálogos.
Y quiero hablar del lirismo y de la poesía del blanco y negro. De lo cerca que está esta película, a mi entender, del documental. Del desapasionamiento, de la falta de heroes, de la falta de buenos/malos. Y que sí, hay cambios del libro a la película, pero creo que unos cambios necesarios para poder sacar su proyecto adelante y hechos con auténtica inteligencia. Disfranzando la historia lo justo para que pasara, para que tragara la censura. Los personajes creo que realmente reflejan lo que hemos leído: la madre tuvo un Oscarcomo actriz secundaria, los abuelos, sobrecogedores. Y quiero hacer mención especial al camión, al Hudson, vamos, ni en un millón de años llego mi imaginación a la altura de los guionistas o quien quiera que hizo el casting del camión. Y los diálogos son auténticamente fieles. Incluso, Thelma, está tu párrafo, palabra por palabra.
No es una epoeya el bien y del mal, es la epopeya de la vida misma, del dramatismo del desarraigo y el estupor ante los avatares que a veces no depara la vida. En este caso, la Gran Depresión pero desde luego podría ser cualquier otro. Siempre ante esta novela/película me viene la historia reciente de Argentina, por ejemplo.
En fin, podría esar hablando horas de este libro y de esta película, posiblemente me haría un lío. No soy una experta en cine, tampoco en literatura. Hago lo que puedo pero creo que con lagunas y a trompicones, más o menos, he dicho lo que quería decir.

4 comentarios:

Mdelaté dijo...

Que sorpresa más agradable cuando me conecto y veo ladrillos. Me preparo para su lectura con espectación.Estoy de acuerdo con lo que leo. Y creo que todas estas reflexiones que surgen gracias a la genialidad de otros, contribuyen a mejorar el mundo un poquito, porque nos hace ser mejores personas.

McCorroe dijo...

Acabar el año con tus palabras me reconforta. Estas pequeñas cosas sí que contribuyen a mejorar el mundo. Gracias.

The cat dijo...

Me gusta todo lo que has dicho tu, me gusta el comentario de Mdelaté y cada vez me saltan estrellas de pensar qué bueno que este club esté aquí, aquí mismo como un paraiso en esta esquina.

Pd: A pesar de todo, salvo fuerza mayor, no me voy a resistir a hacer también mi comentario que es como una necesidad despùes de acabar de leer, aunque me tengáis que perdonar por pesada o reiterativa.

McCorroe dijo...

Yo estoy expectante eseprando tu comentario y el de Mdelaté, y el de El Coyote, -un poco discola últimamente-, y el de Correcaminos, -idem de idem-, y el de Thelma, que ya lo ha hecho pero ojalá hiciésemos un comentarios cada día y nos enriquecería de los genios universales y de las chispitas de los genios caseros.
Me siento bien sintiéndome tan en sintonía con unos genios y otros.