martes, 12 de febrero de 2008

Y punto y contrapunto


Ayer empecé a leer a Bolaño, Los detectives salvajes. Leí hasta la página veintitantos. Y luego, no pude dormir. No quiero levantar expectativas. Quizá no sea el mejor libro del mundo o uno de los mejores que he leído como ayer me pareció, pero debe de estar muy cerca. Quizá hoy, simplemente no me guste o se haya vuelto vulgar. Espero que no.
Con su lectura no sentí bailar, no: sentí el levantar armonioso vuelo de miles de pájaros rosados, contra un amanecer de cientos de tonalidades, vi su deslizar vertiginoso, de quieta plasticidad. Sentí, como creo que reza la contraportada a Cortázar y a Borges, y vi a otros y vi algo nuevo. Vi amalgamar todo eso y salir, como de sombrero de pretidigitador, algo maravilloso.
¿Es absurdo este artículo? No lo entiendo, no lo sé, no sé si me he excedido, si me ha dado un ataque de locura literaria... Posiblemente esto sólo debería de quedar entre yo y yo misma. Pero bueno, me apetece, y punto.

4 comentarios:

Mdelaté dijo...

No me hagas los dientes largos que no sé cuando podré tenerlo. De paso si alguien lo consigue que me compre uno.

The cat dijo...

Mientras se pocha la cebolla de la cena escapo de mi infiernillo cotidiano y en tanto aletean mis fosas nasales esperando no detectar olores a chamusquina leo el punto y el contrapunto, los comentarios comentados y me voy a darle gas a la cebolla con ganas de aterrizar cuanto antes entre hojas y no de alcachofa precisamente...
Qué gusto reencontrar el deleite, la gula por las letras.
¡bon profit!

McCorroe dijo...

¿Alguien está leyendo ya conmigo? ¿Alguien comparte conmigo estas sensaciones? ¿Alguien está ya entre las hojas aunque sean de alcachofa? Necesito el contrapunto.

Mdelaté dijo...

Parece ser que uno de los personajes de esta novela es primo hermano mio. Insisto que si alguien al menos sabe donde conseguirlo que me lo comunique urgentemente.