Que foto más pequeñita, pero así es como me estoy quedando leyendo este libro.Pequeñita al lado de Madre que es tan grande como su desgracia. Poco a poco estoy abandonando esta carretera 66, ya me queda muy poco viaje, y espero que en lo poco que queda, el empeño de Padre en darle una paliza a Madre, no se realize.
...Padre protestó: Parece que el hombre no tiene nada que decir. Esta mujer es una liosa. Cuando nos instalemos fijos, le voy a dar una paliza.
Cuando eso llegue podras, dijo Madre. ...
Y así en más de una ocasión que su intención se ha visto frustrada, por la gran personalidad de su mujer.
2 comentarios:
Desde luego esa madre se merece ella sola un libro y del resto decir que no lo esperaba , no sé porqué, pre-juicios quizás, viniendo de un autor norteamericano , pero de este libro me está sorprendiendo la carga revolucionaria que contiene , casi bolchevique, como en algún capítulo se denomina Tom a sí mismo. A lo largo de los capítulos hay una constante lucha por reivindicar, por hacer patente la ausencia de los mínimos derechos, no ya sólo humanos, si no también laborales. En un llamamiento a la dignidad de las personas, nos va emplazando a la consciencia sobre la realidad más dura que lleva directamente de la miseria económica al rechazo social, la delgada línea de estar dentro o fuera del sistema social..
"- Esa gente ni siente ni padece -sentencia-. No son humanos. Si lo fueran no podrían vivir así. No se resignarían a ser tan miserables.
- No habrán conocido nada mejor -concluye el otro.
Y los dos permanecen con la vista fija en la carretera, ceñudos porque acaso intuyen que algún día podrían verse en el lugar de los miserables."
La madre coraje y madre víctima, reivindica su derecho a que no le peguen, todos son víctimas y actores,pacientes “hacientes” ; es un un excelente retrato de una época dramática que no podemos olvidar, porque sigue vigente.
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