De esta última, el titulo de la novela alude a un soliloquio del acto 5, escena 5 de Macbeth de Shakespeare.
Mañana, y mañana y mañana
Se desliza en este mezquino paso de día a día,
A la última sílaba del tiempo testimoniado:
Y todos nuestros ayeres han testimoniado a los tontos
El camino a la muerte polvorienta Muere, muere vela fugaz!
La vida no es más que una sombra andante jugador deficiente
Que apuntala y realza su hora en el escenario
Y después ya no se escucha más. Es un cuento
Relatado por un idiota, lleno de Ruido y Furia,
Se desliza en este mezquino paso de día a día,
A la última sílaba del tiempo testimoniado:
Y todos nuestros ayeres han testimoniado a los tontos
El camino a la muerte polvorienta Muere, muere vela fugaz!
La vida no es más que una sombra andante jugador deficiente
Que apuntala y realza su hora en el escenario
Y después ya no se escucha más. Es un cuento
Relatado por un idiota, lleno de Ruido y Furia,
Sin ningún significado
El ruido y la furia, que narra la decadencia y destrucción final de un viejo linaje del tradicionalista sur norteamericano (el famoso Deep South) o sur profundo, desde el punto de vista de los últimos sobrevivientes degenerados de dicha familia. Los Compson, protagonistas de la decadencia familiar son presentados en las voces de tres de sus miembros y de Dilsey, la sirvienta negra, considerada como de la familia por la cantidad de años que lleva al lado de ellos. De este modo, cada una de las secciones del libro son algo así como el testimonio de uno de los Compson.
La primera sección es la relatada por Benjy, un débil mental para quien el mundo, su mundo, se basa más en percepciones que personas y objetos. La segunda sección es la relatada por Quentin Compson, hermano del anterior, poco antes de suicidarse en Harvard, Massachussets. La tercera parte es relatada por Jason, también hermano de los anteriores. La cuarta parte, según el propio Faulkner es la única que no es relatada por un miembro del clan Compson, sino por él mismo*.
La primera sección es la relatada por Benjy, un débil mental para quien el mundo, su mundo, se basa más en percepciones que personas y objetos. La segunda sección es la relatada por Quentin Compson, hermano del anterior, poco antes de suicidarse en Harvard, Massachussets. La tercera parte es relatada por Jason, también hermano de los anteriores. La cuarta parte, según el propio Faulkner es la única que no es relatada por un miembro del clan Compson, sino por él mismo*.
¿A qué os suena todo esto?
*Todo esto Wikipedia pura
5 comentarios:
Entiendo que el fragmento es solo para ilustrar la alusión del titulo, ¿verdad?, porque espero que la narrativa de Faulkner no sé parezca a Macbeth, si no me borro desde ya, ah y otra cosa a ver si esta vez acertamos con la traducción buena y con la obra más representativa y mejor.
Mdelaté avisa que se asomen al artículo "Buscando, buscando"...
Respecto a Faulkern propous :a mí tanta velocidad me da vértigo, vamos despacito, po favo, que me mareo.Disfrutemos el ahora que los mañana, y mañana y mañana que
pasa de día ayeres han testimoniado a los tontos siempre,
!vamos, digo yo¡
Siento las prisas The Cat, pero es que pretendo buscarle algún aliciente al libro que tenemos entre manos, y este no es otro que la ilusión que me dará terminarlo, porque es el libro más aburrido que he leido nunca.
Vosotras no lo sabeis, pero yo a la edad de 4 years, pude haber escrito ese peñazo, pero por compasión por los lectores no lo hice, y solo se quedó en palabras que escupí como pepitas de melón, pero te aseguro que mi sermón era muy así, como el chusco que nos estamos chutando. La historia más o menos era la misma, cosas así pseudomorales, con intenciones reflexivas, etc. Creo que la gran diferencia estaba en el título,el mio se llamaba "El rezo del niño Jesús para los viudos y las viudas..." y en que yo nunca lo publiqué. Una lástima.
Mi hermana bien sabe de que hablo.
Doy fe, lo rezaba, pero como vulgar melón, y apunta Emedelaté, el libro está madurando bien y de pincelada fugaces ha pasado a ráfadas lascivas de buena literatura.
Y son los ayeres los que son de los tontos no de tantos hoyes o así, sin ánimo de ofender a Shakespeare ni a el Coyote, desde luego.
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