martes, 22 de enero de 2008

Cronopios pasados

He leído que Cortázar (...) utilizó por primera vez la palabra cronopio en un artículo publicado en Buenos Aires Literaria en 1952, comentando un concierto dado por Louis Armstrong en noviembre de ese año en el Théâtre des Champs-Élysées de París. El artículo se titulaba Louis, enormísimo cronopio. Cortázar explicó después en varias entrevistas cómo el nombre cronopio se le había ocurrido por primera vez poco antes en el mismo teatro, como resultado de una visión fantástica de pequeños globos verdes flotando alrededor en el semi-vacío teatro. Fuente utilizada Wikipedia

Pero hablando de cronopios y de famas, leyendo la definición que tú aportas me ha venido inmediatamente a la magín Pérez Reverte y su fino artículo. No quiero ponerme a su altura y ponerme aquí a blasfemar como debiera y quisiera. Voy a ser más fina. Definición de un fama: amigo del poder y de la señora seriedad, viven molestando, burlándose y rompiéndole el alma a los cronopios que buscan ocupaciones raras, felices, basadas en lo extraordinario. En tanto sedientos de lo fantástico, los cronopios vienen a ser vulnerados, en términos de su ensoñación objetiva, léase libertad, por las costumbres viejas y arrugadas de unos famas que temen caerse de espaldas o que etiquetan los recuerdos y los cuelgan de las paredes de la sala.
Creo que se ajusta a la perfeción a un artículo tan rancio y arrugado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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