viernes, 25 de julio de 2008

Mi generación koniec


El corazon es un cazador solitario me ha cazado el mio a la primera, no sé porqué desde las primeras páginas y voy por la 70, me evoca y me transporta a aquellas tardes de verano en el patio de mi casa leyendo mientras los demás hacian la siesta y que por mucho que me empeñara en poner la tele lo único que aparecía era la odiosa carta de ajuste entonces mi única distracción era leer (y bendita distracción). Este libro casi está siendo capaz de evadirme por completo y sumergirme siendo uno más de los personajes, igual que cuando leía Oliver Twist, Corazón, Poliana,Un árbol crece en Brookliny tantos otros con los que de adulta no he sido capaz de volver a sentir igual, creo que no me equivoco al pensar que va ser así hasta que lo acabe. Todo esto me evoca aunque no tiene nada que ver con el libro,(Porqué además ya hace días que me rondan en mi cabeza) aquellos dibujos de Europa del este que terminaban con Koniec en vez de con The end, a mí no me gustaban nada, me gustaban mucho más los de Hanna-Barbera, y no entiendo porqué precisamente en aquella época en la que no entraba nada de aquellos paises nos hacian tragar estos dibujos. ¿Sería por eso, porqué no nos gustaban, justamente, por lo que los ponian? ¿Sería para que vieramos lo horrible que era aquello, en contraposición con los maravillosos Picapiedra, Don gato, Los supersónicos etc...?.
Bueno en resumidas cuentas que este libro me está hurgando en mis entrañas y me parece sencillamente maravilloso y maravillosamente sencillo.

4 comentarios:

Mdelaté dijo...

Despues de leer este articulo sin las prisas con las que lo he escrito,os digo que no lo he escrito con el culo, os juro que ha sido con el corazón

The cat dijo...

Pues yo también creo que no has escrito esto con el culo (no creo que tengas un culo tan sensible). Evidentemente has escrito con lo que hay que escribir: con un par de… ganas de contarnos, recordarnos, hablarnos...y eso es de PM! Lo que pasa, o creo nos pasa un poco a todas es que después de escribir, de colgar algo, nos entra así como la vergüenza blogera de ..quién me mandará a mí darle al intro este que lo cuelga todo, que luego me digo ¡Anda mi madre lo que he colgao! … Pero vivan los colgaos que alegran este blog.

Además parece que el devenir va enlazando cables que parecen sueltos y haciendo bucles que acaban explicándose los unos a los otros pues precisamente cuando colgué el artículo anterior, el poema de Maiakowski, lo que había en mi pensamiento, a parte de que me gustó por sí, pensaba en una una solicitud de que no nos robaran la luna, que a costa de no escribir ya no pudieramos decir nada y entonces llegas tu y nos muestras eso de regalarnos la libertad de sentir por sentir y hablar por hablar y escribir por escribir.

The cat dijo...

¡Andá lo que he colgao!

McCorroe dijo...

Creo que era Max Aub quien decía que “uno era de donde hacía el Bachillerato” Posiblemente él no sólo se refiriese a pertenencia física, de ubicuidad, sino también a espacio/temporalidad. Uno pertenece a cuando hizo el Bachillerato. Porque decía –también creo- Proust que el paraíso perdido era nuestra infancia. Y ahí está nuestra infancia, nuestro paraíso perdido, convertido en algo tan remoto, tan deslucido, tan deslabazado, tan obsoleto, tan koniekiaco como tu propia palabra.
Nuestro paraíso perdido quizá lo circunvale una palabra, lo abarque, quizás todo se reduce a una palabra o a todas las palabras que contienen nuestra infancia, todas las palabras que nos han alimentado. Y entre ellas, las palabras, las de los libros, que aún eran mágicos. Parte de nuestro paraíso perdido esta construído de palabras de televisión, de palabras de papel, de palabras de madre, de palabras de amigos y de palabras descarriadas como la tuya. A mi tampoco me gustaban.
Yo, también cuelgo este jardín el que me he metido y que a duras penas ha salido.