viernes, 11 de enero de 2008

DAVID Y GOLIAT


No voy a hablar de las uvas dela ira, con vuestras palabras está todo dicho y bien dicho, de sobra sabeis lo que me ha gustado, el interés que ha provocado en mí ese periodo de la historia, la admiración que siento por Madre, quizá porque veo en ellas a muchas madres y quizá tambien porque en mi papel de madre creo que no le llego a la altura de los zapatos, de todas formas no me gustaría verme en sus circunstancias para comprobar de que sería capaz.
Dicho esto os voy a describir una escena. A mi casa ha llegado, de soslayo a hurtadillas sin bombo ni platillos, la segunda parte de un innombrable qué con solo nombrarlo provoca hurticaria en algunas de mis compañeras. Está sobre una mesita, todo él imponente, gordo, grande con sus tapas duras casi lujuriosas, sus letras impresas en oro y un dragón amenazante. Sobre él, pequeño, regordete con sus tapas blandas casi diría infantiles, con su tortuga rampante, mi preciado libro. ¿Que pretenden, ahí uno encima del otro? ¿quizá perfundirse?. No, están esperando a que un joven pero tardío lector se decida por uno de los dos,su Pepita Grilla particular lo está conduciendo hacia uno de ellos y espero que al final me haga caso y David (valga la redundancia) vuelva a vencer a Goliat.

4 comentarios:

McCorroe dijo...

¿No pueden ser David y Goliat? En todo caso, aquí lo único bueno es que gane quien gane no habrá perdedor.

The cat dijo...

Cuando un libro está en la mesilla de noche, o en la estantería de una librería, cuando no se ha empezado está callado, como muerto, esperando.
Si se trata del libro de un autor que ya conozco y que además me gusta me acerco a él con temor, como con un amigo, porque temo que me defraude, de un desconocido se quedaría en algo anecdótico, pero ¡de alguien especial!. Así, inicio sus primeras páginas tímidamente, avanzo cauta y con miedo, quiero dejarme llevar, necesito confiar y entregarme, pero la espada del posible desengaño pende sobre la lectura.
Y hoy estoy feliz, como el poeta, porque John Maxwell Coetzze está aquí, en su libro Desgracia, con todo el poderío que yo esperaba y el recelo inicial , el miedo al silencio distante se ha roto con sus palabras, no está muerto Y estoy alegre, alegre de que esto sea cierto.

Ahí dejo uno de los mis más preferidos de uno de los de mis preferidos

De PABLO NERUDA, "Me Gustas Cuando Callas" (Poema 15)

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Mdelaté dijo...

Me sorprende el torrente de palabras que teneis siempre dispuestas a salir a la voz de ya. ¿Que haciais cuando no teneiamos el blog?, no sé como no habeis explotado antes.

The cat dijo...

Nos tendrás que desentrañar el resultado final de la batalla!