lunes, 28 de enero de 2008

Sólo mi opinión,

DESGRACIA DE J.M.COETZEE

Sudáfrica, me suena a belleza. Imagino cuando pienso en ella una naturaleza imponente, tierras majestuosas coloreadas de mil ocres entre verdes potentes, bajo cielos rasantes que confunden su azul con el de lagos y ríos. Una naturaleza lujuriosa en todo su esplendor y escandalosa en su historia. Usurpada a sus originales moradores y reconquistada a medias, dolida y lastimada en los más hondo de su ser.

J.M. Coetzee, nació en Ciudad del Cabo (1940) en un núcleo afrikáner y muy pronto experimentó en él mismo la pérdida que lleva tatuada Sudáfrica en su historia. Hijo de una familia excéntrica que no le facilitó integrarse en su propia comunidad, ni en la inglesa en la que se educó, pasó los primeros años de su infancia en una granja de grandes extensiones (se podía ir de cacería dentro de la misma), con poca relación externa, rodeado de parientes, no de amigos. Esta vida endogámica se rompe de un lado por la separación de los padres y, de otro, por la pérdida de la citada granja como consecuencia de la mala administración. Las posteriores revueltas sociales del país y el aumento de las tensiones raciales determinan una ruptura aún más profunda en el país que le vio nacer.
Así, el escritor está marcado por la pérdida, por el desvanecimiento de un pasado volatilizado, que le deja sin raíces a las que volver y, por ello, el desarraigo, la continua búsqueda y el afán de reencuentro de aquel paraíso perdido marcan su obra.

En este libro, Desgracia, la granja de la hija representaría para David Lurie el "lugar", el hogar al que volver cuando se cae en desgracia, cuando se ha perdido todo. La última oportunidad antes de abandonar. La granja es también el corazón al que se aferra la hija, por el que lucha, incluso temerariamente, para no perder lo que queda de su vida, para no perder el núcleo del que obtiene la fuerza motriz necesaria para abordar todas las expropiaciones de su vida: la lejanía física y emocional de su madre, el abandono de su pareja, la lucha por vivir en su propio país del que resulta ser una extraña.

David Lurie cae en desgracia por su “amor” libidinoso hacia la belleza de la mujer. Debería ser un personaje odioso, me obligo a odiarlo, al menos un poco, se trata de un violador ¿no? (yo no sé si hay violación, quién viola más a esta chica ¿ese novio protector? ¿Esa familia asfixiante? porque al fin ella no dice nada, no se pronuncia y sí busca refugio en casa de él.. ). sin embargo, Coetzee al retratarlo te lleva a comprender su alma, la de un hombre solo, cercano a su vejez, que se estremece de voluptuosidad ante la belleza y cae de bruces frente a ella, con todos sus principios, sin poder evitarlo y sin querer retractarse hipócritamente frente a la sociedad de sus actos.
Para mí, creo que lo que también influye para que la percepción de este personaje, David Lurie, sea menos escabrosa o menos penosa es el hecho de que él mismo es el que narra la novela, siempre en tercera persona, como si él también se descubriera a sí mismo, en una confesión abierta de su vida, viéndose , al tiempo que nosotros, en sus verdades y sus contradicciones, jugando un papel relevante el amor hacia su hija. Descubre, y nos va descubriendo, una relación especialmente cálida y tierna, cercana y ferviente, de auténtico padre; siempre, claro, en la medida en que su hija le deja, ya que ésta lucha, como buen retoño, por la independencia de vivir su vida, rebelándose al paternal yugo proteccionista. Pero él permanece próximo, expectante, intentando comprenderla y alejándose antes de que la cercanía rompa lazos, antes de que llegue el distanciamiento.

Desde el mismo día en que nació su hija no ha sentido por ella sino el amor más ilimitado. Es imposible que ella no se haya dado cuenta. ¿Acaso ha sido demasiado ese amor? ¿Acaso lo ha sentido ella como una carga?”

De su trato con el resto de mujeres, se desprende devoción y admiración por ellas y se inquiere, un poco culpable, desde su posición de hombre sobre cómo les ha tocado vivir en este mundo con el peso de ser mujeres: partos, violaciones, menstruaciones y las consecuencias “asuntos de sangre, cuyo peso ha de soportar la mujer, el recinto mismo de la mujer”.
”Todas las mujeres con las que he estado me han enseñado algo de mí mismo, hasta el extremo de que me han convertido en mejor persona”
“Se pregunta, y no es la primera vez, si las mujeres no serían más felices viviendo en comunidades exclusivamente femeninas, en las que admitiesen tan solo las vi
sitas de los hombres que ellas mismas quisieran recibir”.

Y ya acabando, me han resultado especialmente conmovedoras las páginas dedicadas a su trato con los perros, cómo va dejándose imbuir de los sentimientos que le transmiten estos animales desahuciados. De un primer acercamiento escéptico a las labores de protección a convertirse, como él se llama, en un conductor de las almas de los perros, un restablecedor de la dignidad que corresponde a esos fieles animales que “nos hacen el gran honor de tratarnos como a dioses y nosotros se lo devolvemos tratándolos como meros objetos”

De las páginas leídas me han salpicado situaciones, personajes, vivencias flotando en la Desgracia, desgracia misma que es la que habita y abraza el país donde se desarrolla la novela: Sudáfrica, en el que todos pagan sus deudas por un apartheid bochornoso para la especie humana.


Un libro excelente.

4 comentarios:

McCorroe dijo...

Primero: sí, un libro excelente. Un tránsito entre lector/a y escuchador/conocedor.
No, primero: no quiero caer en el elogismo, pero cuando veo un artículo como el tuyo, tan elaborado, diciendo algo que yo he sentido y no he expresado me siento orgullosa de pertenecer a esto que pertenecemos y me hace reafirmarme en que lo que estamos haciendo es algo que merece la pena.
Y siguiendo con el anterior primero cuando digo conocedor/escuchador quiero decir que hay que yo soy lectora de parafraseando a Bukowsky y lamentablemente no puedo citarlo textualmente porque ya me conocéis como pez, "qué quiere decir el autor cuando cuenta esta historia".
Y sí, creo que refleja su próximo ocaso con sus reflexiones, su plantearse todas y cada una de las emociones, llegando a plantearse en diferentes ocasiones en el libro si su hija es atractiva.
Pero para él el atractivo tiene poco que ver con su forma de vida, el atractivo son las mujeres. Ahí está su historia con la ejecutadora de perros a quien llega amar porque no quiere nunca, hacerle daño.
Yo, igual que tú, con Sudáfrica también tengo el sentimiento romántico de azules profundos, verdes encantados, joyas bajo tierra, sí... y el espanto de una historia que ha marcado a todos y que ha desarraigado a todos, colonos y colonizados.
Creo que como dices del libro, un libro excelente, una mirada excelente dentro de sí mismo, dentro de todos nosotros.
No hará falta que diga que esto está escrito a vuelatecla, a correvuela pero las cosas importantes hay que decirlas así.

Mdelaté dijo...

Por fin hoy me he podido sentar y leer tranquilamente lo que creo que es una madurada y analitica reflexión y desde luego se ve que te ha gustado, pero yo creo que no te ha gustado por todo lo que dices en el articulo,si no que creo que te ha provocado unas emociones/sentimientos y eso te ha hecho buscar el porqué.
Porque por ejemplo el Coyote que dice que no le ha gustado nada, tiene que haber visto todo esto que tu dices y sinembargo no le ha llegado. No sé, igual me estoy haciendo un lio y no os transmito lo que quiero decir, pienso que hay cosas que por diferentes motivos, bien por tu estado de ánimo o por tu estado de desanimo en un momento te pueden emocionar y en otro no, y siendo verdad objetivamente todo lo que tu relatas a ti te ha parecido excelente y a otro no.
En lo que si que coincido cn mccorroe es en el excelencia de tu argumentación.

Mdelaté dijo...

Se me olvidaban un par de cosas. Creo que esta historia está contada bastante parca en emociones y que habla de las desgracias de los personajes sin melodrama ni afectación y aún así levanta pasiones, yo personalmente como veis no soy capaz de mojarme no la veo ni tan excelente aun habiendomé gustado ni evidentemente tan nefasta como le ha parecido a otros miembros. De todas formas le estoy dando más vueltas ahora que he leido este articulo, que cuando lo acabé de leer.

The cat dijo...

Es cierto que el Coetzee este es un narrador que describe casi analíticamente la realidad sin emoción, pero… Uhm! ¡describe tan bien! que de las elementales palabras te transporta a la complejidad de las emociones, si bien es cierto, y creo que en este blog se dijo alguna vez, que cada uno lee su libro, con su cristal y su momento y cada reflejo es único para cada uno y todos los reflejos valen para mayor riqueza de la literatura.
Ahora estamos con otro gran libro, el de Scott Fitzgerald, sin embargo a mi me está costando un poco y me acuerdo de Mccorroe y pienso en echarle la culpa al traductor, porque hay páginas en las que me pierdo un montón, ya os cuento, pero estoy un poco agobiada conmigo misma y luchando.